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Cuevas del Conventico Las Cuevas del «Conventico», situadas junto a la Iglesia de la Concepción, son un conjunto formado por un nivel cero (al nivel del mar) y tres pisos o niveles que en parte se superponen. En el nivel cero hay una gran cavidad abierta al N.E. cuya base es hoy la playa de Trápana. Cuando hay fuerte temporal de levante, las olas entran hasta el fondo de la cavidad. La gran cavidad de la playa (20 m de diámetro y 25 m de altura) está coronada por un cuerpo volado de roca arenisca blanda en cuyo interior están excavadas dos naves, una encima de la otra. El primer nivel corresponde a la cueva principal, la más espaciosa y de trazado regular. Está formada por naves que se cruzan en ángulo recto y en ella se celebraban los oficios religiosos durante el asedio. Al nivel de la cueva principal se reconstruyó un balcón con balaustrada que traba el arco cerca de la clave. El arco parabólico es quizá el elemento principal de la intervención que se completó con la reconstrucción y sustitución de las fábricas de mampostería El segundo nivel lo forma un rosario de estancias que sirvieron de morada a las familias. Su trazado quebrado se adapta a al forma poligonal de la muralla y a las irregularidades del acantilado. Estas estancias son menores que las del piso anterior. De la existencia de alacenas, cubículos, un horno de cocina y bastantes ventanas se deduce su carácter doméstico. Las ventanas se rectificaron también haciendo jambas, peanas, dinteles y saeteras nuevas, a base de ladrillo macizo y cantería de caliza. Al tercer nivel corresponden a las cuevas más modestas por el pequeño tamaño del conjunto sin ventanas en el que se contempla una escalera de piedra, que permite bajar con comodidad a disfrutar en la cala de Trápana, Algunos datos Casi todas las grandes cuevas de Melilla se excavaron a partir de la primera mitad del siglo XVIII, coincidiendo con la finalización y consolidación del Cuarto Recinto y el aumento de las necesidades de contar con edificios que almacenaran víveres y materiales; no sólo la construcción de estas cuevas del Conventico, sino las del General y las de Florentina, que corresponden al mismo periodo y funcionalidad, tendrían la misma causa de almacenamiento. Por otro lado, a finales de este siglo XVIII, en 1775, Melilla se vio sometida a un fuerte asedio, utilizándose algunas cuevas tanto para almacenes como para refugio de personas y enseres, como nos señala en 1790 Segismundo Font cuando advierte que “en tiempo de guerra debería instalarse en ella la Iglesia y también para albergar al personal eclesiástico y oficiales”; Font recomendaba también construir una rampa provisional de madera para bajar a la parte inferior y aconsejaba que para resguardar de los bombardeos los dos hornos de la ciudad, se debían construir dentro de estas cuevas. También el insigne historiador D. Gabriel de Morales en su libro Efemérides y Curiosidades, refiriéndose a las cuevas de Melilla nos comenta: “en todos los asedios de Melilla tuvieron las cuevas suma importancia, prestando grandes servicios las numerosas que en su recinto existen, siendo en tiempos de paz locales destinados a almacenar víveres, efectos, etc., y por excepción a albergues de personas; llegado aquel caso se dedicaban en gran parte a este último servicio, sin lo que las victimas, sobretodo la población civil, hubieran sido mucho más numerosas”. Nos comenta incluso como en momentos de peligro, se trasladaban las imágenes de la Iglesia para continuar el culto. Se utilizaban para la excavación de estas cuevas, los estratos de roca arenisca blanda y amarillenta, consiguiendo con el espesor y dureza del otro estrato de roca, una cobertura invulnerable a los bombardeos. Después de la excavación venían los trabajos de habilitación de estos espacios para instalar en ellos los almacenes, que requerían unas estrictas condiciones de temperatura y humedad, por ello siempre se utilizaban tablas y cuartones de madera para el suelo y yeso para enlucir las paredes y techos. Estructura Su estructura nos es conocida desde mediados del XVIII, donde el Conventico ya tenía sus dos niveles principales: uno superior (segundo nivel en color verde), de tipología más irregular que le da acceso, desarrollada en una galería irregular de 55 metros de longitud y 13 ventanas hacia el acantilado de Trápana y otro inferior (primer nivel en color azul) de más amplitud e interés artístico, con entarimado de tablas, al que se accede mediante una escalera; este nivel bajo presenta una planta en forma de cruz papal, con amplias naves atravesada longitudinalmente por otras de 15, 20 y 10 metros de longitud, mostrando cada una de estas una ventana a Trápana. Se excavó posteriormente un tercer nivel de cuevas (en color rojo), en 1790, desde el patio de la Sacristía; son las llamadas cuevas de la iglesia. La constatación del estado de las cuevas aparece reflejado en 1985, cuando se elabora el PERI; en el mismo se manifestaba el deplorable estado de las cuevas, y lo vulnerable que eran en ese momento, pues se añadía al estado de las mismas el que la parte más alta de las bóvedas en algunos tramos sólo estaban a unos 20 0 30 cms. por debajo del piso de la calle, donde transitaban cotidianamente vehículos. A raíz de ello comenzaron las obras de restauración y consolidación que han durado varios años y se han dividido en varias fases de trabajo. El Conventico Edificio que Felipe IV mandó comprar en 1661 para los frailes capuchinos, de ahí el nombre de las cuevas, al hallarse situadas, y comunicadas, con los edificios denominados «El Conventico«.
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Galería de detalles |
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